Las viñas de la ira, John Steinbeck/The Ghost of Tom Joad, Bruce Springsteen


Aunque La perla es el trabajo porque Steinbeck figura entre las referencias de una literatura básica nacional, así como un icono de lo mexicano gracias a la mano de Emilio Fernández, Steinbeck fue un escritor plural que recogía cuanto se presentó en su camino.

Quizás Las viñas de la ira sea uno de sus títulos inmortales y a la vez de poca profundidad en la memoria de los lectores contemporáneos, pero sería el equivalente a decir que Gringo viejo, de Carlos Fuentes, es una historia sin ton ni son cuando en la práctica se trata de uno de los poquísimos libros que le han dado un posible fin al impredecible Ambrose Bierce, cuyo paso por México pudo ser el mismo que de Malcolm Lowry o William Burroughs.

No obstante, Las viñas de la ira, como El cartero siempre llama dos veces, se ubica en la época de la Gran Depresión, al menos una de la que rara vez se habla y deja ver cuánto de lo que representó el quiebre de la banca en los primeros años del siglo XX, transformó al Estados Unidos que acogió a cientos de inmigrantes, en una estepa caótica, plagada por la gradual posesión de las mafias, así como un estado de miseria económica.

A diferencia de muchos otros autores que referían la existencia de “un problema en la economía” y las condiciones de vida de que se suele hablar son las citadinas, en Las viñas… una de las primeras formas que asoman en la narración apuntan hacia el campo y la vida rural, uno de los eternos espacios más castigados de todas las culturas y en aquella época no fue la excepción.

En un estado de permanente peregrinaje que marca la necesidad de encontrar una suerte de Edén inexistente donde las condiciones de trabajo no alcanzan para el sostén de una familia, el nómada Tom Joad ­­­—pretexto para el Pulitzer que ganó Steinbeck porque con la novela se rompieron todos los cánones de una narrativa alusiva a las realidad económica de Estados Unidos— se convertiría en uno de los más grandes personajes de la novela anglosajona, portador de un deseo de lucha por encima de todas sus causas y realidad inmediata.

Opacada por trabajos menores como De hombres y ratones, así como Al este del Edén, Las viñas… ha sido, hasta la fecha, el artífice de una conciencia que poco o casi nada permea el espíritu del norteamericano promedio. En el caso específico de su paso por otras expresiones, en la cinematografía de John Ford se encuentra entre las cintas que alcanzan un espíritu épico y sin precedentes en un cine que no cesaba de vanagloriarse de su propia capacidad para inventar heroísmos inexistentes, el anticipo de un cine de fuga que más tarde habría de fundar la economía de un mercado orientado al éxito por el ingreso en taquilla.

Así, décadas después, durante una gira en la que Bruce Springsteen accedió a la lectura de la novela, en un cambio muy al estilo de «The Boss», decidió lanzar The ghost of Tom Joad, a propósito de la importancia de las comunidades desprotegidas por los sistemas hipotecario, agrícola y financiero de Estados Unidos y el resto del mundo.

Poco después, el cantautor decidió no solo emitir un disco del mismo nombre que su canción —pese a no contar con el favor de las disqueras, un lanzamiento hecho a mediados de la década de los 90, en medio del apoyo y rechazo de la industria musical, previo a la aparición del mp3—, mientras en la canción figura el famosísimo discurso de Tom Joad que pretende ser la voz de todos los que claman por los derechos de los desposeídos, por otro lado se trata de un discurso contra los poderes establecidos, así como un recurso dirigido a todos aquellos que pisan los derechos ajenos.

Pese al relativo fracaso del disco, gracias al poder inflamatorio del mismo, no pasó demasiado tiempo antes de que Rage Against the Machine se apropiara de la letra para incorporarla a su repertorio musical, gracias a la presencia de Zack de la Rocha, hoy legendario por su permanente intolerancia contra todo aquello que represente descalificación, así como rechazo de aquellas minorías desprestigiadas por quienes retiran derechos y autonomía de las minorías.